“Hemos olvidado que hemos olvidado”: La reinterpretación mística de Peter Kingsley

Académico de profesión pero místico de vocación, su obra sostiene que la labor de los filósofos presocráticos Parménides y Empédocles (a pesar de sus aparentes diferencia en sus formas de pensamiento), generalmente considerada únicamente como el inicio de la era de la razón, sería sin embargo la expresión de una tradición mística con el objetivo de impulsar el nacimiento de la filosofía y civilización occidentales.

Introducción(La persona)

Ensayista de estilo propio, ampliamente documentado y con referencias lingüísticas e históricas, pero con una narrativa con ritmo de novela de aventuras y siempre en continua comunicación con la persona lectora, sus palabras cobran vida y se abren camino para ampliar la perspectiva, para atravesar la ilusión del mundo sensible, no tomando una bifurcación o alejándose de este, sino recorriéndolo hasta el final sin despreciar o dejar de lado el mundo de la materia y la percepción sensorial. Todo poniéndolo todo lo que creemos saber patas arriba con mil y un trucos lingüísticos y mentales. Capaz de escribir un libro de 600 páginas 1 comentando simplemente dos poemas (o precisando un poco más: los fragmentos que nos han llegado a nuestros días) de sendos autores presocráticos.

 

Peter Kingsley.

Su último libro en el momento de escribir este artículo, A Book of Life (Un libro de vida), es una autobiografía, con su estilo poético, descubriendo sus encuentros con figuras relativas al aḿbito espiritual tales como Cherokees y sufís y un buen número de significativas experiencias místicas, algo, de nuevo, poco común en personas del mundo académico.

 

Portada de A Book of Life.

Siendo su objetivo último, la percepción de una realidad no dual, inmutable y eterna más allá del mundo cambiante y sensible, requiere del cultivo y desarrollo de un conocimiento especial:

Mêtis(La herramienta)

Término clásico griego, que apunta a un tipo de conocimiento a la vez intuitivo, astuto y trascendente, usado tanto para superar con éxito situaciones cotidianas como para adquirir conocimiento trascendental.

Parménides (El ser)

Considerado «El padre de la lógica occidental», la interpretación de Peter Kingsley es radicalmente distinta: En sus escritos, Parménides, siendo sacerdote-mago de Apolo, mostraría, según Kingsley, cómo ir más allá de la razón, buscando la expansión de la consciencia.

Parménides.

En su poema de de la naturaleza, Parménides es guiado por una serie de personajes femeninos: Las Helíades (hijas del Sol), llevabas en carro por yeguas, atravesando las puertas del día y la noche tras convencer mediante la persuasión (Mễtis) a la Justicia de que las abra, llegando al fin a la Diosa (el poema no menciona su nombre, pero Peter la identifica como la guardiana del Inframundo, Perséfone) que expone su sabiduría, más allá de las de las personas mortales, indicando la unicidad, continuidad e inmovilidad de la realidad última. La Diosa muestra dos caminos: El correcto, exminándo lo que es, y el incorrecto que no lleva a ninguna conclusión, poniendo el foco en lo que no es, la no existencia, un concepto que por definición no apunta a nada real, sólo sería un residuo de nuestra mente dual siempre percibiendo sujeto y objeto como algo separado.

Empédocles (El dios)

Yo, un dios inmortal entre vosotros, que no mortal»

– Sobre la Naturaleza de los Seres, Empédocles.

Fuente: Wikipedia.

La interpretación oficial de este médico, mago, político y ¿dios? es que el mundo está formado por los cuatro elementos (aire,tierra,agua,fuego) y primero son atraídos entre ellos mediante la fuerza denominada Amor y repelidos por la llamada Discordia, asignando el papel de fuerza positiva y benevolente al Amor y viceversa.

Sin embargo, Kingsley una vez más de nuevo le da la vuelta: El hechizo de Afrodita (el amor) en una especie de engaño, para que el demon(entidad equivalente al alma), estando en el estado de eternidad en el que los cuatro elementos originales están separados y en reposo, sea arrastrado al mundo de la «mezcla» de estos elementos, de la complejidad y de lo perecedero, olvidando incluso su origen en esta corrupción. Así, Discordia tendría un papel más ambiguo, en el que podría ser incluso una fuerza liberadora y un vehículo hacia un conocimiento superior.

Esto ciclo descrito, se repetiría infinitamente, sin embargo no tendría un sentido pesimista o fatalista, sino que sería un especie de juego al que hay que jugar, no huir de él, para poder trascenderlo.

Curiosamente, para Empédocles, uno de los obstáculos hacía nuestra liberación de la ignorancia, sería el consumo de carne, ya que dentro de este ciclo cósmico, tarde o temprano se terminaría comiendo a alguna persona conocida o incluso familiar que se habría reencarnado.

¿Por qué, decía descaradamente qué él era un dios? Probablemente, sólo esté apuntando a la idea de que al identificarse como el todo, absolutamente todo el mundo sería una deidad de facto.

Puede parecer de primeras que este modelo cósmico tan dinámico difiere de la visión de Parménides, el antecesor de una misma tradición según Peter. Sin embargo, en el poema también deja entrever el griego que los cuatro elementos, la elementos básicos del universo, siempre son los mismos, no creándose ni destruyéndose nada, y estos ciclos estarían incluidos en una eternidad inmutable, llegando así finalmente a la misma conclusión que Parménides.

“Nada podría ser más paradójico que esta tradición a la que ambos pertenecían. Según ésta, para liberarnos del engaño, todo lo que necesitamos es aceptar el engaño sin reservas. Para encontrar lo que yace tras el movimiento, todo lo que tenemos que hacer es abrazarlo en su totalidad.

Y, del mismo modo, para ir más allá del mundo de los sentidos, todo lo que tenemos que hacer es usar nuestros sentidos plenamente. Abrir nuestras «palmas», instrumentos de mêtis, y percibir todo en este instante con absoluta consciencia es el inicio del camino hacia un mundo de quietud bastante desconocido para nuestras mentes inquietas: es llegar a ser conscientes del factor común que une todos los sentidos, sin movimientos, ni cualidades, ni lugar ni tiempo, que es la consciencia que somos.”

– Peter Kingsley, Realidad (2003,2021).

Gorgias (El sofista)

Destruye la seriedad con la risa; la risa, con la seriedad.

– Atribuido a Gorgias.

El siguiente eslabón en esta tradición, sería, de nuevo contra todo pronóstico, un sofista, una de cuyas características que se le asignan, incluso a modo de reproche, a este grupo de pensamiento, es el uso y abuso de la retórica, aparentemente la imposibilidad de poder acceder a cualquier verdad última y situando el peso de los diálogos en la propia persuasión, en convencer a la otras personas y fomentando un escepticismo radical con frases como «Nada existe», «Si existiese no se podría conocer» y «Si se pudiese conocer no se podría comunicar».

Así pues, ¿cómo logra enlazar Kingsley la plenitud absoluta de Parménides con la aparente nada absoluta de Gorgias para demostrar la continuidad de lo que para él es la misma línea de pensamiento?

[Estas tradiciones] Carecen de la visibilidad de una tradición continua. Pero tienen otro tipo de continuidad, otro tipo de poder muy diferente a cualquier cosa que podemos imaginar. aparecen y desaparecen. Se manifiestan en períodos y lugares donde se requiere una comprensión particular de la atemporalidad; donde cierta clase de necesidad, de profunda insatisfacción, significa que llegado el momento de la renovación.

(…)Cuando Gorgias destruyó la línea a la que pertenecía, en realidad no destruyó nada salvo una ilusión. Lo hizo conscientemente, asegurándose de que siempre sería posible regresar, aunque resulte paradójico, en caso de ser necesario: oportuno y sin embargo atemporal, visible pero también invisible, tan normal como absolutamente extraordinario.

– Peter Kingsley, Realidad (2003,2021).

Gorgias haría trizas en un principio la enseñanza de Parménides, porque la sociedad en ese preciso momento estaría en un estado de estancamiento de debido a las ideas de un mundo inmutable y estático, así Georgias y su retórica les daría el impulso que justo se necesitaba en ese momento, siendo finalmente más una adaptación de la enseñanza de Parménides que una superación o destrucción de ésta. Y, en cualquier, caso finalmente el patrón de sus dos antecesores se seguiría manteniendo: El mundo sensible y cambiante de los sentidos, está incrustado en una realidad inmóvil, eterna y superior.

El sentido de la persuasión (y del engaño)

¿Por qué la persuasión tienen un papel tan importante en la visión de Peter Kingsley? ¿Qué sentido, utilidad y papel tiene esta en el conocimiento de la naturaleza de la realidad? ¿En qué sentido está relacionada con el lenguaje? ¿Qué tiene que ver el engaño con la trascendencia? Serían herramientas para comprender y dejar atrás condicionamientos y ampliar la perspectiva para percibir más allá del mundo sensible y aparente, para percibir esa realidad subyacente, inmutable sin características, a la que apunta esta tradición.

Si mêtis es lo que se necesita para explicar o entender o sobrevivir en un universo creado y fundamentado por mêtis, se puede decir lo mismo del engaño. En sitio de engaños, el engaño es necesario. En un mundo gobernado por el engaño, no sólo cuenta decir la verdad. Igual de importante es ser capaz de obrar los mejores engaños.

– Peter Kingsley, Realidad (2003,2021).

Conclusión(Abierta)

“No existe distancia alguna entre tú y lo que estás imaginando o viendo. Sólo albergamos una sensación de separación porque nuestra consciencia está totalmente al margen de cualquier separación. La apariencia de discontinuidad es imposible sin una continuidad perfecta; la ilusión de la ausencia se funda en lo que está siempre presente.”

– Peter Kingsley, Realidad (2003,2021).

Así, tras toda esta revisión filosófica, ¿qué es lo que hemos olvidado y no sabemos? Él apunta a que:

En el Occidente se ha olvidado, desde hace ya mucho tiempo, el significado original de la palabra «filosofía» − es decir, el amor por la sabiduría, y no por argumentar hasta la saciedad sobre el amor por la sabiduría; y lo que es todavía más trágico: hemos conseguido convencernos de que no hemos olvidado nada”

– Los Caminos de los Antiguos Sabios: Una Historia Pitagórica (1999).

Toda esa cosmología y visión social de nuestra civilización han influido en el sistema Magia Teaching de Alan Chapman, pero eso ya es material para otro artículo.

Referencias

 

  1. Realidad, Peter Kingsley. Ed. Atalanta. 2021. ISBN9788412213089

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