Brujería

Brujería

La brujería, por Jack Parsons 1946 

 

SOMOS LA BRUJERÍA. Somos la organización más antigua del mundo. Cuando nació el ser humano, nosotres nacimos. Cantamos la primera canción de cuna. Sanamos la primera herida, consolamos el primer terror. Éramos los Guardianes y Guardianas contra la Oscuridad, les Auxiliares del Lado Izquierdo. Nos recuerdan los dibujos rupestres de los Pirineos, y las pequeñas imágenes de barro, hechas con un viejo propósito cuando el mundo era nuevo. Nuestra mano estaba sobre los viejos círculos de piedra, el monolito, el dolmen y el roble druida. Cantamos los primeros cantos de caza, hicimos crecer las primeras cosechas; cuando el ser humano estuvo desnudo ante los Poderes que lo crearon, cantamos el primer canto de terror y asombro. Cortejamos entre las pirámides, vimos el ascenso y la caída de Egipto, gobernamos por un espacio en Caldea y Babilonia, los reyes magos y las reinas magas. Nos sentamos entre las asambleas secretas de Israel y bailamos las salvajes y majestuosas danzas en las arboledas sagradas de Grecia.

 

En China y Yucatán, en Kansas y Kurdistán somos uno. Todas las organizaciones nos han conocido, ninguna organización es nuestra; cuando hay demasiada organización nos vamos. Estamos del lado de las personas, de la vida y del individuo. Por lo tanto, estamos en contra de la religión, la moralidad y el gobierno. Por eso nuestro nombre es Lucifer.

 

Estamos del lado de la libertad, del amor, de la alegría y la risa y la embriaguez divina. Por lo tanto, nuestro nombre es Babalon. A veces nos movemos abiertamente, a veces en silencio y en secreto. La noche y el día son uno para nosotres, la calma y la tormenta, las estaciones y los ciclos del ser humano, todas estas cosas son una, porque estamos en las raíces.

 

Suplicantes nos encontramos ante los Poderes de la Vida y la Muerte, y se nos escucha hablar acerca de estos Poderes, y los aprovechamos. Nuestro camino es el camino secreto, la dirección desconocida. Nuestro camino es el camino de la serpiente en la maleza, nuestro conocimiento está en los ojos de las cabras y de las mujeres.

 

Es nuestra propia fuerza la que a veces mueve espirales enjoyadas y crea poderosos piñones en el pecho del ser humano; nuestro Poder es uno con el Poder que hace que Dios(a) se mueva en el corazón de la semilla, y que el capullo estalle en flor y fruto; y siempre que un hombre y una mujer se unen en una sustancia, nuestro poder es esa sustancia.

 

Merlín era de los nuestros, y Gawain y Arthur, Rabelais y Catulo, Gilles de Retz y Jehanne d’Arc, De Molensis, Johannes Dee, Cagliostro, Francis Hepburn y Gellis Duncan, Swinburne y Eliphas Levi, y muchos otres bardos, magas, poetas. , mártir conocida y desconocida que llevó nuestras banderas contra el enemigo multiforme y ubicuo, la Iglesia y el Estado.

 

Y cuando esa alimaña del Infierno que se llama la Iglesia Cristiana mantuvo a todo Occidente en una esclavitud de pecado, muerte y terror, nosotres, y solo nosotres, trajimos esperanza al corazón del ser humano, a pesar de la mazmorra y la hoguera. Somos la Brujería, y aunque una no conozca a otro, estamos unides por un lazo indisoluble.

 

Y cuando el alto grito salvaje del águila suene en tu mente, debes saber que no estás solo o sola en tu deseo de libertad. Y cuando el aullido del lobo resuene en los bosques de tu noche, tienes que saber que hay quienes también merodean por allí. Y cuando los caminos de tus semejantes a tu alrededor parezcan caminos de idiotez y locura, debes saber que también hay otres que han visto y juzgado – y actuado.

 

Ahora tienes que saber que el poder al que servimos yace en el corazón de cada hombre y mujer como el árbol vive en la semilla. Y para estar con nosotres, no tienes más que invocar ese Poder, y eres como uno de nosotres. Y cuando nuestro Poder y Alegría hayan venido sobre ti, puedes salir y hacer tu voluntad entre los seres humanos, y nadie te dirá que no. Y si es tu voluntad, harás tu voluntad en secreto, y si es tu voluntad, harás tu voluntad en público.

 

Por lo tanto, levantad vuestros corazones diciendo: “¡Soy un hombre” o “Soy una mujer, y el Poder de la Vida es mío!” Y en el Poder de la Vida vivirás y amarás, sin aceptar restricciones ni poner restricciones, libremente y otorgando libertad.

 

Y puede ser que en la generosidad de la vida vean el amor de la vida brillar en los ojos de otre, y la lujuria de la vida arder en su frente, y así disfrutarán juntes. Y puede ser de buena fortuna que encuentres un número de personas así; y compartas tu alegría en banquetes y regocijos secretos y toda forma de hacer el amor y festividad.

 

O puede ser que en el azar y el peligro enseñe el poder gozoso a los seres humanos; conforme os vayan moviendo vuestras voluntades. Y esto está bien mientras recuerdes una cosa. No puede haber ninguna restricción.

 

El Poder de la Vida no está restringido; conoce su propio camino, pero ninguna mente conoce ese camino. Por lo tanto, practica en ti mismo/a todo el dar y tomar de la libertad que es consistente con la vida, porque solo así puedes permanecer en nuestro gozo. El dolor existe. El terror es la pérdida, la soledad y la agonía del corazón y del espíritu, incluso hasta la muerte.

 

Porque esta es la puerta de entrada al reino de Pan. Nuestro camino no es para todas las personas. Hay quienes están tan constreñidos/as y enfermos/as en sí mismos/as que el pensamiento de su propia libertad es un horror, y la de las demás personas un dolor feroz; por lo que esclavizarían a todos los seres humanos. Y a estas personas debes evitarlas, o, si es necesario, destruirlas como bien sabrás, porque esto también es generosidad.

 

Tampoco pienses que el poder de la vida debería manifestarse en aquellas personas que no tienen problemas ni turbaciones, porque estas pueden ser mero ganado tonto, inocentes fuera de temporada. Más bien, el poder a menudo muestra más donde se desencadena el conflicto, ya que en cualquier momento, y especialmente en una civilización falsa, se debe ganar el camino. La rendición es un desastre. La otra cara de la moneda es un canto a la luz del sol y una danza a la luz de la luna, donde se dispersan todas las brumas. Pero el camino debe ser ganado.

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