Reseña de la trilogía ¡Illuminatus!
Bob es el único de mis héroes que no me decepcionó conocer en persona”.
– Douglas Rushkoff
Ambos autores llamados Bob, Shea y Wilson, trabajaban juntos en la revista Playboy y recopilaron un montón de “cartas al director” relacionadas con todo tipo de conspiraciones. Pero hay más: ellos mismos se hacían pasar por lectores que enviaban las cartas, a modo de broma. Hasta que se les ocurrió hacer una novela conjunta juntando toda esa información, dando forma a la llamada Operación Jodementes, que básicamente consistía(y consiste) en trolear cuando aún no existía el verbo trolear, usando de medio, la información deliberadamente confusa, con el fin de llevar a la sociedad al agnosticismo, no sólo teológico, sino en cualquier aspecto, para así ir disolviendo los condicionamientos sociales y ponerlo todo en duda.
Escrita y editada en los años setenta, traducida al español por un bucanero de Internet, y revisada y editada en papel en este idioma por una editorial independiente (Orciny Press) a finales del 2020. Un indicio de que la contracultura de los setenta no sólo aún nos influye, sino que todavía se va desarrollando. Y yendo un paso más allá, todo un ejemplo tangible del Gesternheutemorgenswelt 1
El planteamiento inicial es sencillo y maniqueista: Dos grandes grupos secretos usan el mundo de campo de batalla. El primero de ellos serían los Illuminati, que luchan por un control social total, frente al bando Discordiano (diccionario), amantes de la libertad frente a ese control. Poco tardará la trama en volverse más profunda, compleja y deliberadamente disparatada y surrelista.
Contracultura, psicodelia, mitología (de las distintas civilizaciones, ocultista, lovecraftiana…), sociedades secretas reales y otras casi reales. Grandes cantidades de sexo, mucho ocultismo, bastante ocultismo sexual y aún más humor.
Uno de los autores (Wilson) y su obra, también fueron relativamente conocidos en el underground informático, a raíz de la historia del joven hacker alemán, Karl Koch, el cual era tan aficionado a la trilogía que escogió su nick como uno de los principales personajes: Hagbard Celine y llamó a su ordenador FUCKUP, igual que la computadora de abordo del submarino dorado que usa la tropa. Esta historia fue llevada al cine y en la propia película, Bob realiza un breve cameo actuando como él mismo asistiendo a una convención del grupo de hackers Chaos Computer Club. Este evento ocurrió realmente. Las referencias a la trilogía en el largometraje son constantes.
Años antes, también Bob junto al coautor Robert Shea, actuaron en la adaptación teatral de Ken Campbell en el Teatro Nacional de Londres.
La propia forma de la narración, saltando de un punto a vista a otro, o directamente de una escena a otra totalmente alejada en espacio y tiempo, así como en las referencias veladas, difíciles de captar en la primera lectura; vemos un homenaje claro al estilo de Joyce, uno de sus máximos referentes de Robert Anton Wilson.
Vemos que incluso dentro del aparente sinsentido, algunos detalles tienen incluso un sentido preciso, como por ejemplo el que la banda de rock formada por personas villanas, se llame AMA (acrónimo de Asociación Médica Americana) tome este nombre debido a que a Bob Wilson esta asociación no permitía el tratamiento para la polio creado por Elizabeth Kenny, que finalmente se mostró efectivo.
Estos saltos de puntos de vista, no se limitan sólo a la historia, sino que tejen curiosos debates filosóficos e incluso metafísicos, con la clara intención de agitar las partes más rígidas de la mente de la persona lectora. ¿Para llegar al punto de vista correcto? No, para tener la suficiente plasticidad mental como para no tener un punto de vista sólido y permanente. Para que ningún mapa eclipse el territorio.
En definitiva, la lectura es un viaje de enteógenos en el que poco a poco se irá deconstruyendo buena parte de nuestras ideas, tanto políticas, sociales, filosóficas y místicas, para ir dejando el suficiente espacio a construcciones más nuevas y funcionales.
Le vi una vez en una visión psicodélica, con otros Magi en una habitación que se encontraba fuera del tiempo, brillando en blanco, un verdadero Illuminati, uno de la Tripulación que Nunca Descansa sino que trabaja sin darse un respiro para incluirnos a cada uno/a de nostros/as, sin excepción, dentro de su luz.
Oh, Señor Wilson, ¿cómo se encuentra usted esta noche?»
– Homenaje a Robert Anton Wilson por Alan Moore.
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